Sa Calobra

La altimetría de Sa Calobra es de las que imponen la mires por donde la mires. Por algo se convierte en uno de los grandes desafíos ciclistas, sin lugar a dudas un puerto digno de formar parte del Olimpo de las Altimetrías, de esas experiencia que van directas al top 10 de nuestro cajón de memorias, de las historias que les contaremos a nuestros nietos 50 veces o que rememoraremos una y mil veces con nuestra grupeta aunque pasen 30 años desde que la conquistemos.

Saliendo desde la playa de Sa Calobra tendremos que ascender la nada despreciable distancia de 10,3 kilómetros, con un promedio del 6,48% y con un desnivel positivo de casi 1.000 metros. 

Es una ascensión bastante progresiva, que cuenta con la ventaja (o esperanza mejor dicho) de que intercala pequeños tramos con rampas por encima del 10% con otros por debajo del 4% que permiten afrontar el desafío por pequeños retos. 

El cuarto kilómetro es especialmente duro, con un tramo de poca curva con rampa sostenida al 10% en su mayor parte. Es un trozo que se hace mentalmente duro y para el cual hace falta una buena dosis de paciencia. 

Sin embargo, la serie de curvas de herradura del final es quizá el punto en el que mucho tirarán más de corazón que de piernas, con muchos tramos con rampas por encima del 15% que se nos pueden hacer un mundo teniendo en cuenta lo que ya habremos ascendido detrás nuestro. Los kilómetros 6 y 8, con promedios por encima del 8%, dan buena cuenta de lo que nos va a tocar sufrir.

Todo lo anterior son meros números para resumir que no es un puerto que se pueda ascender a la ligera. Pero lo más importante es que quién afronte la altimetría de Sa Calobra se va a enfrentar a una experiencia paisajística en bicicleta que cuesta comparar con otros lugares.

¡Prepárate para vivir uno de los mejores momentos de tu vida!