Valldemossa

La ascensión hasta Valldemossa es una de las altimetrías que esconden probablemente mayor encanto y resultan asequibles para la mayoría del público. La belleza de la ascensión, rodeados de un paisaje que nos envuelve entre roca y arbolada, pudiendo contemplar desde la mitad de la ascensión nuestro objetivo final: el pueblo de Valldemossa.

Además, si de premio por la escalada nos paramos a comer una buena coca de patata con su clásica horchata de almendra, mejor que mejor. 

Viniendo desde Palma, pasado el cruce con s’Esgleieta iniciaremos una subida cuyo tramo más exigente lo encontraremos al principio, con una rampa larga que alcanza hasta la altura de S’Estret, un conocido sector para otro tipo de escaladores que prefieren subir por la roca en lugar de por la carretera. 

Incluso si nos pega la pájara tras superar este primer sector, tendremos la ventaja de poder ascender de forma más relajada gracias a algunos falsos llanos con curvas dinámicas que nos iremos encontrando a medida que ascendemos. En el último sector la cosa se vuelve a poner algo exigente, pero su intensidad será bastante menor que la que nos habremos encontrado al principio.

En total, habremos ascendido 3,77 kilómetros a una pendiente promedio del 5,73%, con un desnivel positivo de 215 metros. 

La carretera está en perfecto estado, si bien el encanto propio de Valldemossa hace que sea una carretera bastante concurrida principalmente en los fines de semana, por lo que deberemos circular con precaución debido a la estrechez de la vía.