Cicloturismo en Torrelavega

Su situación estratégica es su principal virtud. Seis kilómetros la separan de la costa, con sus espectaculares playas y acantilados, y en apenas media hora de coche puedes estar a dos mil metros de altitud disfrutando de la montaña cántabra. Rodeada de 10 cuevas patrimonio de la humanidad, con la catedral del paleolítico, Altamira en su entorno más cercano. Grandes atractivos turísticos como el parque de la naturaleza de Cabárceno o la cueva del Soplao también están en su extrarradio de influencia.

Es una ciudad amable, con un comercio tradicional muy comprometido y una hostelería ejemplar. Su tamaño mediano le hace ser muy atractiva para disfrutarla a pie, ya que en apenas 10 minutos puedes pasar de disfrutar de sus plazas y parques urbanos a envolverte en el anillo verde que envuelve a la ciudad al abrigo de los dos ríos que confluyen en su territorio.

Esa unión entre naturaleza y patrimonio, hacen de Torrelavega, ser el enclave perfecto para ser el campo base si se pretende disfrutar de Cantabria Infinita.

La ciudad de Óscar Freire (tricampeón del mundo), de Vicente Trueba (primer ganador del premio de la montaña en el Tour de Francia) y de multitud de ciclistas que nos han dado fama mundial. Una de las razones es por su perfecta orografía para disfrutar de la bicicleta en todas sus variantes aunque, especialmente, en los apartados de cicloturismo y MTB en todas sus disciplinas, descenso incluido. Rutas acordes a todos los niveles comienzan y finalizan en la capital del Besaya, con grandes valles para llanear y puertos de todo tipo para disfrutar que, sin duda, harán las delicias del aficionado más exigente, además cuenta con acceso directo a carriles bici que comunican la costa con el interior para disfrutar del ciclismo de forma segura y también familiar.