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Descripción

El Agroturismo Son Grúa, en la hermosa Pollensa, al norte de Mallorca, se alza como una finca de 267 hectáreas en la majestuosa Sierra de Tramuntana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011. Esta joya arquitectónica, situada a la entrada de la Vall d'en March, a los pies del imponente Puig Tomir, se encuentra a tan solo 5 km del encantador pueblo de Pollensa y a 12 km del idílico Puerto de Pollensa. Tras su inauguración en julio de 2020, su próxima apertura está prevista para el 15 de marzo de 2024.

Entre los atractivos de Son Grúa se encuentra su exquisito jardín, diseñado en 1918 por un tío abuelo del actual propietario y el reconocido pintor español Anglada Camarasa. Este oasis de más de 12,000 m² ofrece rincones serenos ideales para la lectura y el relax. Las tardes en este mágico jardín son una experiencia única, ya sea bajo la luz de la luna llena que ilumina el valle o contemplando un cielo estrellado en noches sin luna.

Las habitaciones, meticulosamente renovadas con materiales de alta calidad, están decoradas con una armoniosa combinación de muebles clásicos y modernos. Desde ellas, los huéspedes pueden disfrutar de encantadoras vistas al jardín, la piscina o las majestuosas montañas. El servicio es cálido, familiar y personalizado, lo que garantiza una estancia placentera en este refugio agroturístico.

Son Grúa se presenta como un remanso de paz y tranquilidad. Sus espacios interiores incluyen amplios salones con estufas y chimeneas, mientras que las zonas comunes se abren a la encantadora "clastra" central pavimentada, típica de Mallorca. El exuberante jardín invita a explorar numerosos senderos con bancos estratégicamente ubicados para contemplar amaneceres silenciosos y radiantes atardeceres, acompañados por el murmullo de un rebaño de ovejas o el canto de los pájaros. Para los más activos, se ofrecen pequeñas excursiones exclusivas dentro de la finca, donde serán los únicos senderistas.

La rica historia de la propiedad se remonta a la época árabe, cuando era una alquería, y aún se pueden admirar vestigios como el acueducto y los canales de riego. Desde la conquista cristiana de Mallorca, la finca ha pasado por diversas manos mallorquinas y, desde el siglo XIX, pertenece a la distinguida familia Villalonga.

El huerto de la finca es una joya que cultiva tomates, pimientos, berenjenas, calabacines, calabazas y una variedad de árboles frutales, como naranjos, mandarinos, limoneros, peras, higos y granados. Los productos frescos de esta fértil tierra se utilizan para preparar deliciosos menús que se ofrecen a los huéspedes, añadiendo un toque de autenticidad a la experiencia culinaria en Son Grúa.

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