Girona, paraíso cicloturista…¿y para triatletas?
Cicloturistas, triatletas, nadadores, runners…los que que han pisado en alguna ocasión Girona saben que cuando llegan se encuentran con un entorno privilegiado para la práctica
De verdad que moverse por territorio gerundense en bicicleta es un privilegio. Tanto si te adentras por rutas que se mueven por los alrededores de la Costa Brava como si lo haces por las cimas del Pirineo de Girona, allá donde vayas te encontrarás con paisajes dignos de admirar y con una comunidad ciclista con la que te cruzarás allà donde vayas.
Así que si te animas a visitar la provincia catalana con tu bicicleta, estos son los 10 puertos de montaña que no deberías dejar escapar.
Algo especial tendrá este puerto ubicado en las cercanías de Banyoles para haberse convertido en uno de los más concurridos por ciclistas. De hecho, se ha hecho tan popular que instalaron un food truck cerca de la cumbre para que nadie pueda quedarse sin un buen café para degustar una vez conquistada Rocacorba.
Curiosidad: en esta ascensión puedes encontrarte en muchas ocasiones a Jan Frodeno, tres veces Campeón del Mundo de IRONMAN, ya que forma parte de su tradicional ruta de entrenamientos, y a ciclistas del INEOS como Rohan Dennis o Cameron Wurf.
Rocacorba toma el nombre del Santuario que se ubica justo antes de alcanzar la cima, una construcción del siglo XII que todavía conserva su esencia. Saliendo desde Banyoles nos esperan 13,3 km en los que acumularemos un desnivel de 798 m, con pendientes promedio del 6%, rampas máximas del 15% y cuyos km más duros (el 8 y el 12 respectivamente) nos llevarán a pendientes promedio del 10,3%.
Este puerto se ubica a 20 km al norte de la capital de Girona (parte de su éxito radica en esa cercanía), y cuenta con la ventaja de tener unos primeros kilómetros de ascenso bastante suaves, con apenas desnivel en los 3 primeros km y donde la cosa se pone seria a partir del séptimo kilómetro, a la altura del Collet de Pujarnol. De hecho, los más pros consideran que el ascenso al puerto no empieza en Banyoles sino a partir del km 2.9, una vez se cruza el puente sobre El Matamors.
Uno de los aspectos que más valoran los ciclistas que acceden a este puerto es la detallada señalética que hay en cada km, donde se nos marca en que km nos encontramos, la altitud, la pendiente promedio de dicho km y los km que nos quedan hasta alcanzar la cumbre.
La carretera es estrecha y a medida que nos aproximamos a los kilómetros finales cuenta con algunos puntos algo resquebrajados, pero tiene la comodidad de no tener apenas tránsito de vehículos.
A medida que nos aproximamos a los kilómetros finales, observaremos cómo a nuestra derecha se vislumbran desde la distancia los Pirineos, un golpe paisajístico que nos brindará el ánimo suficiente para finalizar Rocacorba con éxito.
Las bestias ciclistas hacen este puerto en menos de 30 minutos, pero no es necesario que aspires a objetivos tan ambiciosos: alcanzar la cumbre en buen estado es suficiente.
Una vez arriba, tómate tu tiempo para disfrutar de las vistas 360º que encontrarás a tu alrededor.
El ascenso a Sant Pere de Rodes esconde en su cima uno de los monasterios benedictino y románico más emblemático del Alto Empordá. Un tesoro arquitectónico en el que vale la pena detenerse una vez conquistada la cumbre.
Ubicado dentro del término municipal del Port de la Selva, desde donde se sitúa la ascensión, su cumbre nos permitirá vislumbrar desde el monasterio las vistas al Parque Natural de Cap de Creus.
No es un puerto especialmente duro a priori, pero la altimetría de Sant Pere de Rodes puede llegar a ser engañosa. En total, 8,8 km de ascenso con un desnivel positivo de 512 metros y una pendiente promedio del 5,5%. Es en este último dato donde se sitúa la trampa: aunque el global nos refleje una ascensión asequible, lo que nos encontramos desde el primer km son promedios que superan siempre el 7% y para los que no tendremos tregua hasta llegar al km 6, momento a partir del cual podremos disfrutar de los 3 últimos km de forma mucho más relajada.
Su cercanía con la Costa Brava probablemente te anime a darte un buen baño al bajar hacia la costa si pillas un día veraniego.
El ascenso al puerto de Sant Grau puede realizarse viniendo tanto desde Tossa de Mar como desde Sant Feliu de Guíxols. No es una escalada especialmente dura: unos 7 km con un desnivel positivo de 398 m y una pendiente promedio del 5,7 km. Es otro de los puertos con vistos al mar que nos podemos encontrar dentro de la Costa Brava de Girona, algo que hace que disfrutemos especialmente del ascenso.
Una vez arriba nos encontramos con la pintoresca ermita de Sant Grau, en cuyo bar por cierto puedes repostar energías (y lo harás seguro a la que veas la bici que hay postrada en la fachada del patio interior).
Si haces el ascenso desde el interior, cuidado en la bajada: cuenta con una serie de curvas de 180 grados que harán que pises a fondo el freno. Además suele haber zonas de gravilla, así que mucho cuidado: las vistas son preciosas, sí, pero mejor que vayas mirando detenidamente al asfalto.
Hablar de Mare de Déu del Mont es hablar de palabras mayores. Un puerto con tramos muy técnicos que no es apto para todos los públicos. Saliendo desde Hostal d’en Vilar nos esperan más de 18 km en los que acumularemos un desnivel positivo de 957 m con una pendiente promedio del 5%.
La parte más potente del puerto da lugar a partir del noveno kilómetro, ya que hasta entonces el promedio del ascensos no supera en ningún kilómetro el 3,5%. Este detalle lo hace ideal para que esos primeros kilómetros de ascensión sirvan como una suerte de precalentamiento para la parte complicada.
Entre el kilómetro 8 y el 14 tocará afrontar uno de los tramos de la escalada más duros, con kilómetros cuya pendiente media se ubicará en torno al 8%.
Tras superar ese tramo tendremos dos kilómetros de relativa tranquilidad antes de llegar a la culminación final a partir del km 16, con pendientes medias de entre el 8,9 y el 9,6%. Una vez alcancemos la cumbre tocará dedicar unos minutos a recuperar el aire que habremos perdido en la parte final del ascenso. Y una vez tenemos aire suficiente, no quedará otra que disfrutar de las vistas difícilmente comparables que encontraremos arriba. También podremos tomar un merecidísimo café en el bar que encontraremos en el mismo santuario de Mare de Deú del Mont.
Si eres de los amantes de intercalar ascensos y descensos para escalar un puerto de montaña, subir al Turó de l’Home puede ser una buena opción. Es más: ¡diríamos que es una opción ineludible! ¡No se puede ir a Girona y no ascender Turo de l’Home!
Saliendo desde Arbúcies nos esperan 25,6 km con un desnivel positivo de 1,495 metros y una pendiente promedio del 5,9% y con rampas máximas del 15%.
La dureza de este puerto se concentra principalmente en los 6 kilómetros finales, con un descenso de aproximadamente 500-600 metros que sirve de antesala al final de etapa.
A partir de ahí afrontaremos kilómetros con pendientes promedio que solo bajaran del 7% a partir del kilómetro 25. Lo complicado de la ascensión no son solo las duras rampas que debemos afrontar sino el estado de la carretera en algunos tramos, con bastante gravilla en algunos puntos y algún que otro pequeño socavón que puede hacer que de repente nos pensemos que estamos más ante una ruta de Gravel o MTB que a una de bici de carretera.
Sin embargo, el paisaje que nos envuelve hasta llegar al Turó vale la pena ser disfrutado.
Vallter 2000 es probablemente el puerto más icónico del pirineo de Girona, con las característica estampa de las curvas de herradura que nos encontramos en los kilómetros finales. Un puerto de impacto que no es apto para todos los públicos, pero que si aspiras a conquistar disfrutarás como un niño al llegar a su cumbre.
Su altimetría partiendo desde Setcases se compone de 12,2 km con una pendiente promedio del 12% y más de 1.100 de desnivel positivo. Te avisamos de antemano: desde principio al final del puerto no te encontrarás con apenas un solo respiro por lo que prepárate mentalmente en los kilómetros previos a la ascensión. Estamos hablando de que el kilómetro con pendiente promedio más baja es del 6,3%, lo que da buena cuenta de que nunca dejas de escalar. Ves sin prisa pero sin pausa.
Al alcanzar la cumbre nos pondremos a más de 2.100 metros de altitud, por lo que si acudes a conquistar Vallter 2000 en los meses más fríos conviene que vayas bien equipado.
La carretera, aunque estrecha, se encuentra en bastante buen estado, y de principio a fin cuenta con un paisaje digno de atención, más si lo encuentras nevado.
Adentrados de lleno en los pirineos de Girona nos encontramos con el Coll de la Creueta, un puerto que aunque no se puede considerar especialmente exigente sí que nos colocará en su cumbre a más de 1.900 metros de altura.
Saliendo desde la vertiente de Alp nos esperan 20,7 km de recorrido con un promedio del 3,7% y un desnivel positivo de 20,7 km. Una altimetría en la que vislumbramos ascensos y descensos hasta llegar a la cumbre, con rampas máximas del 11% hasta llegar a puerto. Si Vallter 2.000 era un puerto solo apto para los más preparados, el Coll de la Creueta es ideal para aquellos que quieran realizar una escalada sin mucho sufrimiento.
Si te gustan las subidas cortas e intensas Sant Martí Sacalm es una buena opción en este puerto ubicado en Girona pero cercano a la comarca de Osona.
En total nos esperan cerca de 9 km con 644 metros de desnivel positivo y una pendiente promedio del 7% y que en ningún kilómetro baja del 6,3%. Aunque la rampa máxima es del 12%, la exigencia de Sant Martí Sacalm se encuentra en la práctica ausencia de descansos hasta alcanzar la cima.
Aunque el puerto de Coll de Bracons esté ubicado en la comarca de Osona, podemos ascender a este puerto saliendo desde Can Trona, en la Vall d’en Bas (Girona).
Entre los ciclistas de la zona es un puerto muy querido, y reconocido, ya que forma parte de una de las cicloturistas más importantes del calendario catalán: Terra de Remences.
Su altimetría no engaña: puerto duro e intenso de 8,4 km con un promedio del 7,8% (minucias ¿no?). La pendiente se va haciendo más difícil a medida que superamos cada kilómetros, pasando del promedio de 3,5% en el primer kilómetro a un infartable 10,4% a partir del séptimo kilómetro. Eso unido a rampas máximas del 18% que ponen a prueba tu físico.
Eso sí: las curvas de herradura, sumado al ambiente que suele haber los fines de semana, te hará sentirte todo un ciclista profesional. Y si ya asciendes durante el transcurso de la citada Terra de Remences, con todo el público acodado en las cunetas animando, te sentirás en plena etapa reina del Tour de Francia.
El puerto de Santa Pellaia es ideal si te alojas cerca de la capital gironina. Se encuentra a apenas 19 km del centro de la ciudad y no cuenta con demasiada exigencia, por lo que puede ser perfecto para realizar un entrenamiento de poca intensidad.
Saliendo dese Cassà de la Selva, nos esperan 6,2 km con un desnivel positivo de 208 metros y una pendiente del 3,3%. Las rampas máximas son del 5,8%, lo cual da buena cuenta de lo asequible de su conquista. En la cumbre nos encontraremos con la Iglesia de Santa Pellaia, datada del siglo XI.
A pesar de no situarnos a una gran altura las vistas no son nada desdeñable, y el paisaje con el arbolado de los alrededores nos hará sentirnos más que protegidos. Además, no nos encontraremos con excesivo tráfico de vehículos.
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